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La conjunción de la arqueología, la naturaleza y la sabiduría maya, nuevamente dio como resultado el fenómeno arqueo-astronómico del descenso del Dios Kukulkán en el Castillo de Chichén Itzá, una de las 7 maravillas del mundo contemporáneo.
Fueron más de 10 mil turistas, los que disfrutaron de este evento, que se dio con un Sol radiante y se marcó el inicio de la primavera y, según las creencias ancestrales, de la fertilización de la tierra.
Cabe señalar que en total fueron 28,493 turistas los que presenciaron este año el equinoccio de Chichén, ya que a la cifra anterior hay que sumarle 11,514 del domingo -cuando la entrada es gratuita para los nacionales-, y los 6,900 de ayer lunes, que llegaron a pesar del mal tiempo generado por el Norte No. 41.
A diferencia del año anterior, cuando la nubosidad afectó casi todo el tiempo en que ocurre el espectáculo; hoy, el fenómeno arqueo-astronómico se observó en todo momento, ni una sola nube se interpuso para el descenso de la serpiente emplumada.
El descenso comenzó alrededor de las 3:45 de la tarde y llegó a su plenitud poco después de las 5. La gente ahí presente esperó hasta el último minuto, hasta la culminación de la combinación de luz y sombra para retirarse satisfecha.
Cabe recordar que, en 1988, la Unesco declaró a Chichén Itzá como Patrimonio de la Humanidad y casi 20 años después la “New Open World Corporation”, convocó a una elección global basada en internet que dio como resultado que el templo de Kukulkán quede, desde el 7 de julio de 2007, como una de las “Nuevas Siete Maravillas del Mundo Contemporáneo”.