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Halloween es una festividad que ha traspasado los límites de las naciones, con orígenes en el viejo festival celta de Samhain, que marcaba el fin de la cosecha y el inicio del invierno en Europa. Al pasar el tiempo, esta celebración se fusionó con celebraciones cristianas y asimiló elementos contemporáneos, como los disfraces y el conocido “truco o trato”. Aunque en México no es una tradición propia, Halloween ha crecido en popularidad a través del tiempo, sobre todo con el público joven.
La influencia de Hollywood y la globalización ha contribuido a que se vuelva común festejar este día en nuestro país. Películas, series y comerciales han mostrado esta celebración como una noche de diversión, misterio y disfraces. Esto permite que muchas ciudades del país azteca organicen eventos, concursos de disfraces y fiestas temáticas, donde personas de todas las edades participan con emoción.
El Día de Muertos y Halloween coinciden en la misma fecha, pero ambas festividades tienen significados distintos. El Día de Muertos se celebra para recordar a los seres fallecidos, Halloween esta mucho más relacionado con el entretenimiento, una ambientación tenebrosa y misterio. Aunque la cultura se ha mezclado tanto que hay muchas familias mexicanas que mezclan ambas tradiciones, incluyendo altares decorados con calaveras y disfraces.
Halloween también es causante de un impacto en la economía local. En esta temporada, los negocios de disfraces, dulces y decoraciones sufren de un aumento exponencial en sus ventas, según estudios recientes, los mexicanos gastan en promedio $1,113 MXN para celebrar Halloween, destinando alrededor de $556 MXN en disfraces y $557 MXN en adornos y dulces. Esto refleja cómo esta celebración ha ido ganando terreno en las tradiciones nacionales.