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El sector ganadero mexicano se encuentra en alerta tras la decisión del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) de suspender las exportaciones de ganado mexicano debido a la detección de un caso de gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax) en Chiapas.
Esta medida precautoria busca proteger la salud del ganado en ambos países, pero también representa un duro golpe económico, con pérdidas estimadas en mil 400 millones de dólares, que afectan tanto a grandes exportadores como a pequeños productores.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) ha intensificado las acciones sanitarias, incluyen controles fronterizos y campañas de esterilización de moscas barrenadoras para evitar la propagación de la plaga.
Por su parte, la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG) y líderes como Mario Esteban López Meneses de la Ugroy han solicitado el cierre de la frontera sur para impedir la entrada de ganado infectado desde Guatemala, reforzando casetas sanitarias y controles aduanales.
En Yucatán, donde el estatus sanitario se mantiene favorable, la Secretaría de Desarrollo Rural ha convocado reuniones estratégicas con ganaderos locales para prevenir la llegada de la plaga.
Estas acciones buscan proteger al sector ganadero regional, mientras las autoridades trabajan en coordinación con Estados Unidos para reanudar el comercio lo antes posible y mitigar los efectos de esta crisis en la economía nacional.
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