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El año nuevo en el país azteca es una fiesta que mezcla tradiciones antiguas, creencias populares y costumbres actuales. En todo el país, las familias se preparan para despedir el fin de año y dar la bienvenida al año nuevo con diversas costumbres que buscan atraer prosperidad, salud y felicidad para el próximo ciclo. Estas tradiciones varían según la región, pero muchas se han popularizado en todo el país por su originalidad o por lo divertidas que son.
Tal vez la más icónica y popular costumbre es la de comer 12 uvas a la medianoche, una por cada campanada, mientras pides un deseo con cada una. Este ritual, con origen español, es una de las tradiciones más arraigadas en las familias mexicanas. Otra práctica conocida es usar ropa interior de colores específicos: el rojo para atraer el amor y el amarillo para la fortuna. Unas que igual es bastante común es barrer la casa hacia fuera o lanzar una cubeta de agua por la puerta para limpiar y deshacerse de las vibras del año anterior.
En regiones rurales, se conservan prácticas más locales. Por ejemplo, en algunas comunidades del sur del país, se preparan figuras de muñecos de trapo llamados “Año viejo”, que simbolizan todo lo negativo del año. Estos muñecos son quemados a la medianoche como símbolo de renovación para el año que se avecina. Mientras que en las ciudades, las fiestas suelen estar acompañadas de fuegos artificiales que iluminan los cielos para marcar el inicio del año con alegría e impacto.
Otra costumbre que se ha extendido es salir a dar una vuelta a la manzana con una maleta en mano, con lo que se piensa traerá viajes y aventuras en el próximo año. Muchas familias mezclan algunas de estas tradiciones, convirtiendo el año nuevo mexicano una fiesta rica en simbolismo y diversión.